lunes, diciembre 19, 2005

ENSAYO DE REFLEXIÓN SOBRE EL RELATIVISMO, LA TOLERANCIA Y EL PLURALISMO

ENSAYO DE REFLEXIÓN SOBRE EL RELATIVISMO, LA TOLERANCIA Y EL PLURALISMO
Ataliva Amengual

Abstract En este artículo, se señala la antinomia entre libertad y anarquía y se indica que la metafísica ha dejado de ser un criterio de racionalidad, y más aún la religión. Se plantean las razones por las cuales no se puede poner como fundamento del conocimiento el conocimiento científico, y se hace una fundamentación metafísica del ente. Luego, se examina el estado de la verdad en la actualidad y se hace una crítica a dicha situación, para, finalmente, analizar los conceptos de tolerancia y pluralismo que priman en la sociedad actual y realizar una crítica de ellos.
Primera parte
Introducción
"Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio."San Pablo, 2ª Epístola a Timoteo, Cap. 4; 3-5

"...el subjetivismo de quien, considerando la razón como única fuente de conocimiento, se hace « incapaz de levantar la mirada hacia lo alto para atreverse a alcanzar la verdad del ser."
Juan Pablo II,Enc. Fides et ratio, 5: AAS 91 (1999) 5-88.
En el pensamiento moderno hay una tendencia a proclamar la inexistencia de valores absolutos; sólo hay opciones y opiniones. Asimismo existe la convicción de que las matemáticas y las ciencias teórico empíricas pertenecen al dominio del saber, de la certeza, mientras que la religión, la ética, la metafísica y otras disciplinas similares pertenecen al dominio de la opinión y de lo subjetivo. Como consecuencia, los valores no tienen fundamento en la realidad objetiva, sino que dependen de lo que cada sujeto acepta, es decir, son subjetivos, lo que significa que, no existe ningún valor absoluto para el hombre.
Libertad o anarquía
Cuando se piensa que los valores son puramente subjetivos, cada persona pensará y actuará
como le parezca y la persona tolerante tendrá que aceptar a la intolerante.
Asimismo, si no hay valores objetivos la ley pierde su fundamento pues no se pueden evaluar los actos ni la leyes y por consecuencia, imperará la ley del más fuerte y se abandonará el bien común.
La metafísica ha dejado de ser un criterio de racionalidad, y más aún la religión. Por ende, la metafísica y la religión quedan relegadas de las bases de cualquier organización democrática y reducidas a un ámbito privado de culto más o menos tolerable.
Y, por supuesto, como la religión divide, tenemos que tener un pacto "político, no metafísico, "tenemos que organizarnos bajo aquello que sea "objetivo," que se atenga a "los hechos": la ciencia.1. Es decir a lo material de la experiencia.
Por qué no se puede poner como fundamento del conocimiento el conocimiento científico.
Con Popper comenzamos a darnos cuenta de que ya no es tan claro saber qué es la ciencia. En el debate Popper–Kuhn–Lakatos–Feyerabend, el criterio de racionalidad se amplía, se discute; la demarcación entre lo científico y lo que no lo es, es cada vez más elástica, como asimismo, son flexibles los criterios de elección entre teorías diversas. Y ello es y será directamente proporcional a una duda que progresivamente carcome...: la supuesta objetividad, claridad e infalibilidad de lo que se supone única y verdadera ciencia.
Una prudencia epistemológica debe prepararnos para dar por verdadero lo que es real y no lo que no lo es ni por cierto lo que es probable, y debe darnos también la decisión para cambiar de opinión cuando el progreso en el conocimiento de la realidad lo exige. No querer hacerlo es el integrismo.2 Con Popper la ciencia deja de ser algo cuantitativamente exacto para pasar a ser algo fundamentalmente falible, y cuya pretensión de certeza es no ser refutada hasta el momento.
¿Qué hipótesis es científica y cuál no lo es? ¿La que está corroborada? Pero ya vimos que no hay criterios lógicos exactos que establezcan una corroboración absoluta. Tampoco se trata entonces de una falsación absoluta. 3Asimismo, Popper demuestra que todos los supuestos datos objetivos son interpretados desde una determinada teoría. 4
Con la crítica popperiana a las evaluaciones positivistas de las teorías comienza a insinuarse el paso de una mentalidad cuantitativa de la racionalidad a una mentalidad cualitativa de la racionalidad 5
Frente a lo teórico empírico y al objeto material de la ciencia, nos encontramos con que la inteligencia es inmaterial, cosa fácilmente probada por Santo Tomás cuando dice que si la inteligencia fuera corpórea, no conocería sino cuerpos; pero es así que no es verdad que no conoce sino cuerpos; luego la inteligencia no es cuerpo.6 Asimismo Popper trata sobre la inmaterialidad y el "indeterminismo" del mundo 3. 7
Más aún se critica el imperialismo de la razón y de la ciencia y a todo sistema cerrado y se afirma que no es posible acceder al fundamento último de las cosas. Así, de la crítica a la metafísica racionalista se pasa a la negación de toda metafísica y de la condición histórica de todo pensamiento se pasa al historicismo radical sosteniendo un total contextualismo, y se habla de un "pensamiento postmetafísico", que tiene como características un relativismo, un escepticismo, un agnosticismo y un nihilismo.8
Segunda parte
Crítica al concepción subjetiva de los valores

Por ello y en total acuerdo con Gabriel Zanotti 9creemos en la necesidad de volver a una metafísica racional y a una lógica objetiva y apoyarnos en el principio de no-contradicción,
porque la metafísica aspira a encontrar una respuesta satisfactoria a las preguntas más elementales pero a su vez más universales que el hombre puede plantearse respecto de algo. ¿Qué es esto? ¿Tiene esto alguna existencia real? ¿Por qué razón existe? ¿Con qué fin?Las interrogantes anteriores son absolutamente válidas respecto de cualquier objeto sobre el cual reflexione el hombre.
Fundamentación metafísica del ente.
La metafísica se refiere a un orden supraindividual y suprarracional, pero no es de ninguna manera irracional. No está contra la razón, sino que está sobre la razón. De hecho, la razón actúa de manera secundaria en la formulación y la expresión de las verdades metafísicas, las que sólo pueden concebirse de manera inmediata, intuitiva.
El fundamento de la metafísica tomista descansa en la certeza de que lo primero que capta la inteligencia es el ser. Captamos intuitivamente que todos los entes tienen la propiedad de ser por las cual son ente. Ello implica la universalidad del ente que trasciende toda especificidad. Esa universalidad que trasciende toda especificidad, es la universalidad trascendental del ente. SER: es el acto del ente. Es la primera de entre las nociones que adquiere nuestra inteligencia (prioridad en el conocimiento humano). Se la posee al principio de manera imperfecta, y se va perfeccionando con la experiencia, tras conocerse muchos entes y diversas maneras de ser.
El sentido que la palabra "intuición" tiene en Santo Tomás es captación directa, sin discurso, del objeto conocido. Conocer intelectualmente es dejar que las estructuras de lo real se hagan presentes en nuestras conciencias. Entonces conocemos intelectualmente cuando captamos las cosas como reales, y tanto más conocemos intelectualmente cuanto más realidad se nos presente; por ello, la aprehensión de la realidad es el acto elemental radical y exclusivo de la inteligencia. De este modo, puede decirse que hay conocimientos absolutos de la realidad.
El ser no es una noción genérica, no es un género porque no se le puede añadir ninguna diferencia que no se encuentre ya contenida en él. La noción de ente lo contiene todo: tiene la máxima extensión, pero también su contenido nocional o comprehensión es máximo. Es una noción analógica, es decir, se predica de todas las cosas en un sentido, en parte igual y en parte diverso, es decir, analógicamente.
El ser que Santo Tomás define es "una cosa a la cual compete existir". 10 Si bien este concepto de ser no incluye la existencia actual, tampoco la excluye positivamente, pues la capacidad de existir también conviene a los seres que existen actualmente, porque es evidente que lo que existe puede existir. Dice santo Tomás citando a Avicena, que es aquello que como lo más patente, concibe ante todo nuestro entendimiento, y en lo cual, además, se resuelven en última instancia todas sus concepciones.
El ser es idéntico y no contradictorio
Todo ente, en cuanto tal, es idéntico: "Ente es el ente"; "lo que es, es lo que es"; "el ser es y el no-ser no es" y no-contradictorio, sencillamente porque no puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo respecto.11 En otras palabras, todo ente es idéntico y no-contradictorio en sí. No es una propiedad lógica, sino un trascendental del ente. Nuestro intelecto puede captar que el principio de identidad y no-contradicción es el primer principio.
Es un juicio naturalmente primero, y se lo supone en todas las demás proposiciones. Expresa la condición fundamental de las cosas, es decir, que éstas no pueden ser contradictorias. Además, es conocido de manera natural y espontánea por todos los hombres a partir de la experiencia.
Por ser el primer juicio, no admite demostración a partir de verdades anteriores. Aunque no es posible demostrarlo, sí cabe defenderlo; ello significa que para negar este principio habría que rechazar todo significado del lenguaje, y negarlo supone aceptarlo.
Impulsa a descubrir la estructura interna de los entes y sus causas. Asimismo, nuestra inteligencia obtiene los restantes conocimientos en virtud de este principio.
De lo anterior se sigue, pues que hay valores absolutos
Tercera parte
La verdad en la actualidad

En la actualidad, el tema de la verdad ha pasado de la convicción - connatural en todos los seres humanos, de que existen cosas que son reales y verdaderas - hacia la aceptación de que no existe nada seguro, nada cierto, nada verdadero y que, consecuentemente, todo está sujeto a la duda y a la desconfianza sistemáticas.
Esta visión relativista proviene de un modo de 'pensar' que responde a las concepciones filosóficas dominantes en la actualidad, en que la metafísica ha dejado de ser criterio de racionalidad. La metafísica ha quedado eliminada de las bases de cualquier organización democrática y relegada a un ámbito privado más o menos tolerable. ("Yo decido mis propias verdades y mis propios valores").
Del diálogo entre los que ignoran la verdad surge una especie de común denominador mínimo: la "verdad". Como consecuencia de ello tenemos que forjar un acuerdo político no metafísico sobre bases "objetivas" que se atengan a "los hechos de la ciencia"12, es decir, a la materialidad de la experiencia.
Frente a la tendencia a proclamar la inexistencia de valores absolutos, donde sólo habría opciones y opiniones y donde la metafísica y otras disciplinas similares pertenecerían al dominio de la opinión y de lo subjetivo, en el pensamiento moderno, a pesar de la proclamación de la subjetividad, existen opciones u opiniones respecto a los valores, que se suelen aceptar como absolutos: el valor de la tolerancia y el valor del pluralismo.
Crítica a la verdad en la actualidad
La verdad como "adaequatio intellectus et rei", es decir, como una igualdad o conformidad entre la inteligencia (el conocimiento intelectual) y el ser o la cosa, es en su sentido más profundo - que ya no es aceptable para muchos- como una total interpenetración de ambos.
La realidad se hace presente en la conciencia del hombre. La verdad es lo real mismo en cuanto actualizado en la mente humana. La realidad es el fundamento de la verdad. Y la verdad como tal es un acto de intelección que conoce reflejamente y manifiesta la realidad.
La verdad no es sólo lumen naturale, iluminación de los real por parte del hombre, sino más bien reconocimiento de la realidad que se desvela a sí misma y se hace patente en el hombre cuando llega al estadio auténtico.13
Es preciso distinguir la propiedad trascendental, metafísica, de la trascendencia del ente de su expresión gnoseológica. El conocimiento se fundamenta en la realidad y no al revés, como se pretende cuando se afirma que la realidad se fundamenta en el conocimiento.
La lógica trata con entes de razón que tienen su fundamento último en la realidad misma, sin confundirse con ella. De este modo, el ser se presenta a la conciencia ejerciendo una supremacía sobre la inteligencia, y la actividad intelectual aparece condicionada, sostenida y enraizada en el ser. Un acto de inteligencia sin un ser sobre el que verse, es no sólo imposible sino impensable. Al contrario, los idealistas gnoseológicos asumen que es la inteligencia la que determina y gobierna el ser y no viceversa.
"La existencia concreta de lo real trasciende el poder separador de nuestro intelecto. El acto de existir es más rico que cualquier formulación verbal, al consistir en una presencia que se afirma a sí misma antes de ser afirmada por el intelecto." 14
"Por eso la inteligencia tiene un valor ontológico, pues la consistencia y la coherencia de la lógica es factible sólo gracias a la noción de ser que le da sentido. Todo acto de la inteligencia es un conocimiento de un objeto, de algo, de un ser. En este sentido, el ser se presenta a la conciencia ejerciendo una supremacía sobre la inteligencia, y la actividad intelectual aparece condicionada, sostenida y enraizada en el ser. Un acto de inteligencia sin un ser sobre el que versa, es no sólo imposible sino impensable. Por el contrario, una posición idealista gnoseológica asumiría que es la inteligencia la que determina y gobierna el ser y no viceversa. Desde nuestro punto de vista, la filosofía debe ser necesariamente ontológica, pues cualquier idea, juicio o raciocinio, pueden tener sentido en virtud del ser que expresan. Prescindir del ser no es declarar nada, y si no existiera nada, tampoco habría posibilidad para que un sujeto cognoscente lo considerara. Con el ser entran en la inteligencia los primeros principios que lo rigen en sí mismo y sin los cuales el ser mismo se diluye: el principio de identidad, de no contradicción, de tercero excluso, o sus propiedades trascendentales, cuyo sentido y fuerza lógica toman como fuente el ser. El gobierno de lo ontológico sobre nuestra actividad mental es posible por medio de la función directiva de la realidad, que se introduce en la inteligencia con todos los principios que la determinan y dan sentido como tal. El valor lógico de los primeros principios es consecuencia de su valor ontológico." 15
Cuando se afirma ¡y se afirma! que «verdades absolutas no hay» inevitablemente se le ocurre a uno preguntar si esa proposición, «verdades absolutas no hay», la ofrecen como verdad absoluta o no. Si la proponen como verdad absoluta ya hay una, y lo que es más, ya se confiesa que la mente humana es apta para conocer y enunciar verdades absolutas, y como ha enunciado una puede enunciar mil. Si la proponen como no-verdad absoluta no tiene ningún valor porque es contradictoria: «Verdades absolutas no hay»pero esto no es verdad absoluta (¡!).16
Cuarta parte
La tolerancia
De la negación de toda verdad absoluta como fundamento primario del conocimiento,
se sigue un concepto de tolerancia excluyente de todo aquel que adhiere firmemente a lo que tiene por verdadero.
Como consecuencia directa de la negación de la verdad, la democracia relativista otorga a la tolerancia un carácter dogmático: parte del supuesto que todo aquel que sustenta una concepción absoluta, sea religiosa, filosófica o política, no puede ser sino intolerante y antidemócrata, porque no se podría esperar de él que acepte una visión diferente de la suya. Se da, pues, por descontado que la dinámica interna de su propia visión absoluta lo inducirá a imponerla a los demás por medios totalitarios. 17
La tolerancia, es decir, el respeto incondicional a los demás y a sus ideas, se presenta como el bien supremo.
Reflexión crítica respecto a la tolerancia
La concepción relativista de la tolerancia es fruto de una confusión, pues el derecho derivado de la dignidad humana de cada persona es mucho más que la tolerancia: es el respeto a la libertad humana.
Yo no tolero la libertad de la persona, sino que la acepto como un bien que le pertenece por su condición de persona. La tolerancia es consecuencia de la libertad.
A la persona no se la tolera, se la reconoce en su valor propio, que es el de ser persona, y con ello los derechos y libertades que le son inherentes.
Además, la tolerancia, como respeto incondicional a los demás, se confunde con la tolerancia a las ideas de los demás. Y la verdad es que las ideas tienen que ganarse el respeto, de hecho, las personas ya se lo merecen por su propia dignidad.
Uno puede respetar y defender el derecho a seguir los dictados de la conciencia de cada uno, pero otra cosa es abandonar la crítica de sus ideas, que como consecuencia de dicha crítica la persona las aceptará o las rechazará.
"el escepticismo demuestra ser tan intolerante como el fanatismo -- en realidad, viene a ser el fanatismo de la duda".18
La auténtica tolerancia no exige que abandonemos nuestras convicciones, sino que respetemos la inviolabilidad de la conciencia ajena y su derecho a seguir sus creencias. Implica también reconocer como intrínsecamente malo el uso de la fuerza para cambiar el modo de pensar de alguno, aunque estemos ciertos de que está equivocado. 19 Y por lo tanto, no se puede clasificar como intolerantes a los que no quieren renunciar a sus concepciones o creencias y consecuentemente dejar de ser distintos.
"Solamente existe tolerancia real y genuina cuando un hombre está firme y absolutamente convencido de una verdad, o de lo que él cree que es verdad, y, al mismo tiempo, reconoce el derecho a existir de aquellos que niegan esa verdad, que lo contradicen y dicen lo que piensan. Y lo hace así, no porque crea que aquellos estén libres de la verdad, sino porque entiende que ellos sólo buscan la verdad a su manera, y porque también respeta en ellos la naturaleza humana, la dignidad humana y los recursos y las fuentes de la vida del intelecto y de la conciencia, que los hace capaces, potencialmente, de alcanzar la verdad que él mismo ama, si llega el día en que ellos también logran verla. 20
No juzguemos ni condenemos a la persona, sino sus actos. No seamos más tolerantes, sino más sensibles a la dignidad de los demás y reconozcámosles lo que les pertenece más allá de nuestra opinión: su ineluctable libertad. 21
Quinta parte
El pluralismo

Junto con la tolerancia, consecuentemente, se promueve como un absoluto el pluralismo. El pluralismo se puede entender, en un sentido, como el reconocimiento de que existe la diversidad objetiva y por consecuencia diversos modos de pensar y comportase; sin embargo, en otro sentido, es entender que se ha de buscar como ideal una creciente diversidad de valores. Ello hace que el pluralismo se transforme en una ideología donde la variedad es buena y la uniformidad es mala.
Reflexión crítica respecto al pluralismo
Por oposición al pluralismo la uniformidad puede ser buena o mala, según el grado de libertad con que se la ha asumido. Cuando no se asume con libertad entonces se cae en el conformismo o el inconformismo, aceptándose o rechazándose la moda, la opinión pública o lo aceptable socialmente. La uniformidad entonces es buena si lo que todos escogen libremente es un valor en sí mismo.
Por otra parte es imposible concebir un organismo con pura diversidad, un organismo requiere la unidad. Una unidad enriquecida con la natural diversidad de sus miembros. Así, la fortaleza de una asociación o sociedad se puede apreciar por la unidad fundamental de sus propósitos, concepciones e ideales.
Juan Pablo II nos dice: "La legítima pluralidad de posiciones ha dado paso a un pluralismo indiferenciado, basado en el convencimiento de que todas las posiciones son igualmente válidas. Este es uno de los síntomas más difundidos de la desconfianza en la verdad que es posible encontrar en el contexto actual.
"En efecto, se niega a la verdad su carácter exclusivo, partiendo del presupuesto de que se manifiesta de igual manera en diversas doctrinas, incluso contradictorias entre sí. En esta perspectiva, todo se reduce a opinión." 22 y agrega: "la crisis en torno a la verdad... coincide con una ética individualista, para la cual cada uno se encuentra ante su verdad, diversa de la verdad de los demás. El individualismo, llevado a las extremas consecuencias, desemboca en la negación de la idea misma de naturaleza humana." 23
Finalmente, esperamos que nuestra apretadas reflexiones sirvan como materia de reflexión en estos tiempos en que "...el subjetivismo de quien, considerando la razón como única fuente de conocimiento, se hace « incapaz de levantar la mirada hacia lo alto para atreverse a alcanzar la verdad del ser."
Juan Pablo II,Enc. Fides et ratio, 5: AAS 91 (1999) 5-88.

NOTAS
Gabriel Zanotti. Los orígenes epistemológicos del Estado contemporáneo. Laissez-Faire 73
http://www.economia.ufm.edu.gt/Publicaciones/LaissezFaire/16/LF-16%20_Zanotti_.pdf
2 Estudios del hombre. 6. La inteligencia.
http://eati.upaep.mx/humanidades/25109est_hombre/25109/sesion6.html
3 Gabriel Zanotti. Los orígenes epistemológicos del Estado contemporáneo. Laissez-Faire 73
http://www.economia.ufm.edu.gt/Publicaciones/LaissezFaire/16/LF-16%20_Zanotti_.pdf
4 K. Popper. La lógica de la investigación [1934] Tecnos, Madrid, 1985. Cap. V.
5 Gabriel Zanotti. Los orígenes epistemológicos del Estado contemporáneo. Laissez-Faire 73
http://www.economia.ufm.edu.gt/Publicaciones/LaissezFaire/16/LF-16%20_Zanotti_.pdf
6 Suma contra gentiles, II, cap. 49. Traducción de María Mercedes Bergada, de la edición del Club de Lectores, Buenos Aires, 1951.
7 Popper, Karl. Conocimiento objetivo; Tecnos, Madrid, 1988; Búsqueda sin término, Tecnos, Madrid, 1985; El universo abierto, Tecnos, Madrid, 1986.
8 Juan José Garrido. Fides y Ratio. Una nueva tarea para la filosofía.
http://www.conoze.com/doc.php?doc=155
9 Gabriel J. Zanotti.. El fundamento último de la objetividad de la lógica. Buenos Aires, mayo de 1998*
Para Studium (1998),1
10 Santo Tomás, Quodl., II, a. 3.
11 Santo Tomás en De Veritate, Q. 1, art. 1
12 Gabriel Zanotti. Los orígenes epistemológicos del Estado contemporáneo. Laissez-Faire 73
http://www.economia.ufm.edu.gt/Publicaciones/LaissezFaire/16/LF-16%20_Zanotti_.pdf
13 Estudios del hombre. 6. La inteligencia.
http://eati.upaep.mx/humanidades/25109est_hombre/25109/sesion6.html
14 Roberto Cañas-Quiróz. La noción de ser y la analogía en la metafísica de Santo Tomás. Revista Acta Académica No.24, Mayo-1999. Universidad Autónoma de Centro América.
http://www.uaca.ac.cr/acta/1999may/rcanas.htm
15 Santo Tomás de Aquino, El rincón del vago. Filosofía medieval tomista. Edad Media, Fe. Razón. Suma Teológica. Bondad. Existencia de Dios: cinco víashttp://html.rincondelvago.com/santo-tomas-de-aquino_10.html
16 Estudios del Hombre. 6. La Inteligencia.
http://eati.upaep.mx/humanidades/25109est_hombre/25109/sesion6.html
17 Angel Corr. LOS CRISTIANOS FRENTE A LA ALTERNATIVA: ¿RELATIVISMO O VERDAD? Política y Espíritu.–Nº 11, 30/3/2005
18 J. Maritain, Truth and Human Fellowship. Página 4.
19 Thomas Williams. La crisis de la modernidad.
http://www.masalto.com/oque/template_oquedestacado.phtml?consecutivo=5526&subsecc=3&cat=11&subcat=31&subj=45
20 J.J. Maritain. Truth and Human Fellowship. Página 11.
21 Ángel López-Sidro López, Menos tolerancia y más libertad, http://www.conoze.com/doc.php?doc=1771
22 Fides et Ratio, Nº 5.
23 Veritas Splendor. Nº 32

domingo, diciembre 18, 2005

INDIVIDUO, INDIVIDUALISMO, PERSONA Y PERSONALISMO, COMUNIDAD Y COMUNITARISMO

Blog:
INDIVIDUO, INDIVIDUALISMO, PERSONA Y PERSONALISMO, COMUNIDAD Y COMUNITARISMO
Ataliva Amengual 1

Abstract. En este artículo, se desarrollan estos conceptos, con el objeto de dilucidarlos y relacionarlos. Cuando hablamos de la persona humana como individuo o “sustancia individual”, podemos afirmar que la dimensión material de la persona humana es el foco de la definición.
El individualismo se plantea como una concepción que realza al individuo hasta el punto de reducir la sociedad a una suma de entes individuales, despojándola del carácter de totalidad o unidad. Así, el derecho y la libertad de los individuos deben únicamente encontrar sus límites en el derecho igual de los demás, pero no en obligaciones internas para con la comunidad. Frente a ello, se afirma que cada uno, como sujeto, realiza la especie "hombre" de un modo irrepetible e irremplazable, el hombre es persona, entendiendo por tal, un ser capaz de pensar y de obrar conscientemente y de decidir en forma autónoma. El hombre no solamente sabe (conoce), sino que "sabe que sabe" (advierte que conoce). Se autoconoce se da cuenta de sí mismo y atribuye a su yo todas sus actividades, como asimismo reconoce la entidades propias de las demás cosas frente a la suya. No obstante, el hecho de estar en sí no convierte al espíritu en una conciencia cerrada, es un ser abierto a los demás seres y a las demás personas. Sobre el personalismo se señala que, a diferencia del individualismo, éste enfatiza la naturaleza social del hombre, como consecuencia de la concepción de la persona, ente eminentemente dialogal. El personalismo es una reacción histórica contra posiciones colectivistas totalizantes, por un lado, e individualistas, por otro. Pone a la persona en el centro de la reflexión y, a partir de esa reflexión, establece una escala de valores, realiza proyecciones sociopolíticas y establece criterios para evaluar la historia contemporánea. El enfatizar la naturaleza social del hombre, como consecuencia de la concepción de la persona, ente eminentemente dialogal, nos conduce a la comunidad. Finalmente, el comunitarismo se presenta como una posición que marca un carácter antiindividualista, que rescata las personas insertas en comunidades, que se consideran como sujetos históricos con derechos y deberes.


INTRODUCCIÓN
Actualmente, dentro del proceso de globalización que presenciamos en Chile, se habla sobre las correcciones que habría que introducir al modelo económico. Se trataría de pasar de un modelo de mercado a uno social de mercado.
Las siguientes reflexiones apuntan a los fundamentos últimos, que de manera consciente o inconsciente, se aceptan cuando se opta por uno u otro de los modelos indicados.
Al respecto, cabe señalar que las reflexiones, que siguen a continuación, si bien frecuentemente están vinculadas con la economía, son fundamento para todos los aspectos de la cultura. Así, es necesario ver la relación que parece existir entre el modelo de libre mercado individualista, con la concepción del individualismo que la subyace y la de su fundamento, esto es, la concepción del hombre como individuo .
"Los teóricos liberales asociaron la libertad humana a la falta de obstáculos externos. La libertad humana sería algo natural que sólo se trunca cuando hay impedimentos exteriores. Como consecuencia de esta visión extrínseca, parece que la libertad se ejerce de forma espontánea y que ser libre es algo que surge naturalmente, sin ningún tipo de aprendizaje ni exigencia de la persona.(...) El individuo moderno, ..., se piensa como autosuficiente. Se considera una especie de mónada completa para la cual el otro ser humano es alguien ontológicamente dispensable aunque existencialmente conveniente. Considera que su subjetividad nació de forma acabada, que él es el único responsable de su personalidad y que tiene total independencia ontológica respecto a los otros. El otro es visto como un apéndice de la relación. La influencia del otro es vista como secundaria, prescindible e incluso como perniciosa." 2
Asimismo, debemos hacer notar la relación entre el modelo social de mercado y la concepción de la persona y la comunidad y del personalismo y el comunitarismo, que parecen estar en las raíces del modelo social de mercado.
"La gran diferencia antropológica que existe entre el paradigma de la persona y el del individuo reside en que la persona se comprende siempre en relación con una alteridad en cuanto el individuo es pensado con referencia a sí mismo. La persona existe a partir de la alteridad y en abertura para la alteridad, el individuo existe a partir de sí y para sí. Para la persona el otro es condición de posibilidad de su existencia. Ella existe en abertura creativa; esa abertura requiere la alteridad del otro ser humano como necesidad ontológica y existencial.(...) Para la persona, la autonomía sólo se realiza en abertura para la alteridad. No existe una contradicción entre autonomía y alteridad. Al contrario existe una co-implicación necesaria de ambas dimensiones en la estructuración de la persona...en una interrelación con el otro. La alteridad es la condición histórica de la realización de la autonomía del sujeto. La autonomía sólo existe dentro de las condiciones históricas, no existe el mito de la autonomía pura formulado por el individualismo moderno." 3
En este trabajo, nos esforzaremos en promover la concepción de la persona y de luchar contra el individualismo. Este esfuerzo se ve alentado por las siguientes palabras del Papa Juan Pablo II"Redescubrir y hacer redescubrir la dignidad inviolable de cada persona
humana constituye una tarea esencial; […] Entre todas las criaturas de la tierra,
sólo el hombre es ‘persona’, sujeto consciente y libre y, precisamente por
eso, ‘centro y vértice’ de todo lo que existe sobre la tierra […] A causa de su
dignidad personal, el ser humano es siempre un valor en sí mismo y por sí
mismo y como tal exige ser considerado y tratado. Y al contrario, jamás puede
ser tratado y considerado como un objeto utilizable, un instrumento, una
cosa. [...] La dignidad personal es propiedad indestructible de todo ser humano…
esta afirmación se basa en la unicidad y en la irrepetibilidad de cada
persona. En consecuencia, el individuo nunca puede quedar reducido a todo
aquello que lo querría aplastar y anular en el anonimato de la colectividad, de
las instituciones, de las estructuras, del sistema. En su individualidad, la persona
no es un número, no es un eslabón más de una cadena, ni un engranaje
del sistema".4
Y Benedicto XVI nos confirma esta doctrina al afirmar que "el ser humano va colocado en el centro del orden social".
"El concepto de persona sigue ocasionando una comprensión profunda del carácter único y de la dimensión social de cada ser humano. Esto es especialmente verdad en las instituciones jurídicas y sociales, donde la noción de 'persona' es fundamental", agregó.
Asimismo, el Papa advirtió de que a veces, aún cuando se reconoce en declaraciones internacionales y estatutos jurídicos, "algunas culturas, especialmente cuando no están profundamente iluminadas por el Evangelio, se ven totalmente influenciadas por ideologías de grupo o por una visión de la sociedad individualista y laicista".
"La doctrina social de la Iglesia Católica, que sitúa a la persona humana en el corazón y en el centro del orden social, puede ofrecer una gran aportación a la reflexión actual sobre cuestiones sociales", afirmó.
En su mensaje, el Papa ilustró el concepto de 'persona' para el pensamiento cristiano, explicando que "los seres humanos forman parte de la naturaleza y, sin embargo, como sujetos libres que poseen valores morales y espirituales, trascienden la naturaleza".5
Finalmente debemos afirmar que "el grado de coherencia a priori de sistemas políticos y económicos con la doctrina social de la iglesia radicará en el grado en que los principios filosóficos que fundamentan esos sistemas económicos y políticos sean coherentes con los principios antropológicos de la doctrina social de la iglesia"..." Será éticamente coherente con la doctrina social de la iglesia todo ordenamiento político y económico que se funde en la dignidad y primacía de la persona humana y deduzca sus principios de ordenamiento político y económico de esa dignidad y del carácter comunitario y social de la persona y tenga como meta la realización integral de las personas". 6
Este trabajo consta de seis capítulos:
I. Individuo, II. Individualismo, III. Persona, IV. Personalismo, V. Comunidad y VI. Comunitarismo.
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1 Ataliva AmengualChusmiza 1813 - Las Condes - SantiagoCHILEFono: (56 2) 3254045Fax: (56-2) 3565125E-mail: ataliva@vtr.net
2 Castor Ruiz, El poder de la virtud y de la alteridad frente a los dispositivos de control,
http://www.politicayespiritu.cl/modules/sections/index.php?op=viewarticle&artid=833 Ibid.
4 Joannes PauluS, PP. II, Christifideles Laici, Los fieles laicos. (Versión castellana de la Políglota Vaticana), Ed. San Pablo, Madrid, 1989, pp. 86-87.
5 Benedicto XVI afirma que "el ser humano va colocado en el centro del orden social",
Roma, 21 de noviembre de 2005, corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles, UFM 5 de agosto de 1999,
http://www.europapress.es/europa2003/noticia.aspx?cod=20051121162144&tabID=1&ch=73
6 Comentario de M. A. Molina a la Conferencia de Gabriel Zanotti,
http://www.economia.ufm.edu.gt/ProfesoresInvitados/Zanotti/Respuesta.htm,.
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1ª Parte
I. INDIVIDUO

Vayamos primero a las raíces del individualismo y reflexionemos sobre el individuo.
Individuo supone que no puede ser dividido. Lo indiviso denota una unidad esencialmente indivisa e indivisible, porque este uno, en cuanto tal, nunca puede existir multiplicado y por consiguiente, varias veces. Es cada ser organizado, animal o vegetal, respecto de la especie a que pertenece.
Todo hombre es un individuo porque pertenece también a una especie. Se distingue por consiguiente de los demás individuos de la misma especie por medio de ciertas características individuales, "caracteres individuantes": el peso, el color, la forma...
Podemos entender la persona fundamentándonos en su individualidad material y es entonces cuando cobra importancia la precisión que hace Maritain:
"En cuanto somos individuos, cada uno de nosotros es un fragmento de una especie, una parte de este universo, un puntito de la inmensa red de fuerzas y influencias cósmicas, étnicas, históricas, por cuyas leyes está regido; puntito sometido al determinismo del mundo físico. 7
Cuando hablamos de la persona humana como individuo o "sustancia individual", podemos afirmar que la dimensión material de la persona humana es el foco de la definición.
Así, teniendo en cuenta que:
"La filosofía consiste en distinguir, pero no con el propósito último de descomponer las cosas en fragmentos, sino de apreciar más profundamente la diversidad dentro de la unidad, la multifacética constitución del ser, la manera en que el objeto de la preocupación filosófica se integra. Maritain nos propone entender cómo la individualidad y la personalidad (que son principios y no realidades independientes) se combinan, como el cuerpo y el alma, para formar la unidad singular del ser humano". 8
A continuación haremos una reflexión filosófica destinada a fundamentar la distinción entre individuo y persona y que a la vez a mostrar la unidad indisoluble del hombre como persona.
Al respecto, tengamos en cuenta que los organismos vivos pueden explicarse filosóficamente mediante la teoría general del hilemorfismo 9: todo ser material esta compuesto de materia y de forma. La materia no existe nunca sin una forma determinada; la forma no existe mas que como forma de un determinado ser material. En vez de hablar de materia y de forma, se acude a hablar de cuerpo y alma. La forma substancial de un organismo vivo se llama psiche o alma; el cuerpo es la materia viva e informada por la psiche.
Materia primera y forma sustancial no existen separadamente, son coprincipios, pues coexisten.
El hilemorfismo que admite la dimensión espiritual del hombre nos invita a no identificar cuerpo con materia, ni alma con espíritu, como si fueran dos realidades que tuvieran consistencia en sí, aisladamente. No son dos cosas o seres yuxtapuestos, sino dos principios o raíces metafísicas del ser humano único.
Nuestro cuerpo vivo no es pura materia, sino materia primera informada por la forma sustancial espiritual, por el alma. Esta, a su vez, no es puro espíritu, sino espíritu destinado a "animar" la materia primera. A su vez, el alma, por ser forma, hace surgir al hombre, lo que le hace ser lo que es y por eso se expresa en el cuerpo del hombre.
La teoría de la unión sustancial explica el carácter "bifaz" de todas las vivencias del hombre, pues ningún fenómeno espiritual se puede producir naturalmente sin la mediación de los sentidos y el cerebro.
Con referencia al principio de individuación con el cual fundamentamos al individuo, nos dice Maritain refiriéndose a su maestro Santo Tomás:
"Para Santo Tomás, la individualidad, o más exactamente, la individuación, es lo que hace que una cosa de la misma naturaleza que otra difiera de esta otra en el seno de una misma especie y de un mismo género. Es lo que hace que una cosa difiera de otra cuya naturaleza comparte. Vemos así de inmediato que la idea de división, de oposición, de separación está ligada a la de individualidad."Santo Tomás nos dice que el principio de individuación, la raíz primera de las diferenciaciones individuales en el mundo de los cuerpos, es la materia. Podrá entonces haber muchas formas de la misma especie, que difieren individualmente las unas de las otras por su relación con la materia actuada por ellas". 10
Por lo anterior se hace urgente propiciar "La distinción entre individuo y persona, o mejor entre individualidad y personalidad, cuya esencial importancia está tan claramente subrayada en los principios de Santo Tomás de Aquino, es una de aquellas verdades de la que necesita urgentemente el pensamiento contemporáneo y de la que puede sacar altos beneficios. Por desgracia, es una distinción a la que el pensamiento contemporáneo está poco acostumbrado". 11
El hombre es un "individuo", pues pertenece a una especie determinada; como individuo forma número con los demás y se distingue de los demás por el peso, el color, la forma, etc., esto es, por los "caracteres individuantes".
Sin embargo, porque no es sólo individuo, hay que añadir que es algo absolutamente diverso del individuo, irreductible a las cualidades abstractas que puedo atribuirle: afirmo que cada uno, como sujeto, realiza la especie "hombre" de un modo irrepetible e irremplazable, afirmo que el hombre es "persona". En efecto, no parece existir "el hombre", sino únicamente "hombres".
En la esfera humana cada uno es único, idéntico, diferente, inconfundible, no sumable dentro de una especie, no sustituible por ninguna otra persona. Cada uno es igual a sí mismo y nada más. Yo soy yo y no puedo ser habitado por ningún otro, ni representado, ni sustituido por nadie: soy el único en ser yo. Lo que tengo o hago, lo puede tener o hacer otro; pero lo que yo "soy", nadie más que yo puede serlo.12
Sin embargo, hay que considerar que la unicidad de la persona no se revela mas que en la comunión interpersonal.
El mundo moderno, nos dice Maritain, confunde individuo y persona. En efecto, el mundo moderno confunde sencillamente dos cosas que la sabiduría antigua había ya distinguido: confunde individualidad y personalidad."¿Qué es el individualismo moderno? Un mal entendido: la exaltación de la individualidad disfrazada bajo las apariencias de la personalidad, y el envilecimiento correlativo de la verdadera personalidad."En el orden social, la ciudad moderna sacrifica la persona al individuo; concede al individuo el sufragio universal, la igualdad de derechos, la libertad de opinión; y entrega la persona, aislada, despojada, sin ninguna armadura social que la sostenga y la proteja, a todas las potencias devoradoras que amenazan la vida del alma, a las acciones y reacciones despiadadas de los intereses y de los apetitos en pugna, a las exigencias ilimitadas de la materia de fabricar y utilizar."A todas las avideces y a todas las llagas que cada hombre lleva naturalmente en sí, añade excitaciones sensuales incesantes y el interminable alud de toda clase de errores deslumbradores y sutiles a los cuales otorga libre circulación en el cielo de la inteligencia (...) "Y dice a los pobres hijos de los hombres desde dentro de este torbellino: "eres un individuo libre, defiéndete, sálvate solo".
Y Maritain concluye con esta frase terrible por su verdad:
"Es una civilización homicida". 13_____________________________________________________________________
7 Jacques Maritain, La persona y el bien común [1947] Club de Lectores, Buenos Aires, 1981, Página 41.
8 Donald DeMarco. El personalismo cristiano de Jacques Maritain,
http://www.humanismointegral.com/DOCS_3_La_Senda_de_Maritain/312_7_PersonalismoCR.html
9 Véase al respecto 3. La interpretación hilemórfica del hombre, monografías.com,
http://www.monografias.com/trabajos6/indix/indix.shtml#hile10 J. J Maritain, Para una Filosofía de la Persona Humana [1936], Club de Lectores, Buenos Aires. 1984. Página 147)
11 J. J. Maritain, La Persona y el Bien Común. [1947], Club de Lectores, Buenos Aires, 1981, Página 9.
Guadalupe Demarchi, monografías.com, El misterio de la persona, http://www.monografias.com/trabajos6/indix/indix2.shtml
13 J. J. Maritain, Tres Reformadores. Lutero, Descartes, Rousseau’ [1925] Editorial Excelsa, Buenos Aires, 1945, Página 26.
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2ª Parte
II. INDIVIDUALISMO

"El individualismo es un sistema de costumbres, de ideas y de instituciones que organiza el individuo partiendo de actitudes de aislamiento y de defensa. Fue la ideología y la estructura dominante de la sociedad burguesa occidental entre el siglo XVIII y el siglo XIX".14
"Aquellos partidarios de un tipo de sociedad liberal-individualista ven la marca de la dignidad humana, primero y ante todo, en el poder de cada persona de apropiarse individualmente los bienes de la naturaleza para hacer libremente cuanto les plazca". 15
El individualismo que caracteriza cada una de las relaciones humanas y sociales es una característica típica, sobre todo, de nuestra sociedad occidental, donde la sociedad capitalista que trajo consigo el afán del ‘tener’ por sobre el del ‘ser’, en una competitividad extrema que amenaza constantemente todas las relaciones, tiende a afirmar el primado del ‘individuo’ por sobre la ‘comunidad’, de lo ‘mío’ por sobre lo ‘nuestro’, del ‘bien privado’ por sobre el ‘bien común’, del individuo por sobre y separado del conjunto que lo rodea y del cual inseparablemente es parte.
Vivimos en una sociedad de ‘mercado’ y de ‘mercado libre’ individualista, de demanda y oferta, donde todo, incluso las relaciones humanas, se han transformado en un tener, poseer, gozar y desechar. El problema es que el individualismo de la economía de libre mercado individualista, privilegió el interés de los privados por sobre el bien común, haciendo en muchos casos desaparecer el rol del Estado como garante del bien común y de los derechos mínimos de los más necesitados.
"Así se viven muchas veces las relaciones, siempre centradas en uno mismo, siempre condicionadas a uno mismo y a su utilidad. El ‘Otro’ es visto casi siempre como una amenaza real al ‘Yo’, como alguien que me limita, me coarta, me condiciona, exige algo que me pertenece, requiere mi atención, reclama su existencia y el reconocimiento de sus derechos y espacios. El ‘otro’ significa en definitiva una amenaza, a veces la muerte de mi identidad, de mi personalidad: siempre pienso afirmar mi personalidad sobre los demás, casi en contraposición a los demás, siempre en comparación con los demás". 16
El individualismo es una concepción que realza al individuo hasta el punto de reducir la sociedad a una suma de entes individuales, despojándola del carácter de totalidad o unidad. Así, el derecho y la libertad de los individuos deben únicamente encontrar sus límites en el derecho igual de los demás, pero no en obligaciones internas para con la comunidad. Sólo puede haber "orden" cuando el interés particular individual conduce a una especie de "coordinación", a una armonía preestablecida. En realidad lo que sucede es que los más fuertes subyugan a los más débiles y en lugar de una "muchedumbre" libre aparece el ejercicio despótico e irresponsable del poder bajo las apariencias de libertad e igualdad.
En el individualismo acentuamos el ser como un "ser-junto-a-las-cosas". Es la concepción del yo solitario y autosuficiente, cerrado y aislado de los demás. Para el individualismo, las relaciones humanas son "accidentales", dependen de la libertad del hombre, que puede abstenerse de ellas. No son una dimensión constitutiva del hombre. El individualismo es una acentuación unilateral de la individualidad, que no es un simple concepto, sino que crea una actitud un hábito existencial: los individualistas se creen siempre acreedores, nunca deudores de los demás.
Podríamos decir que el individualismo es una actitud que lleva a actuar y pensar de modo independiente, con respecto a los demás o frente a las normas establecidas. El individualismo da prioridad a los derechos del individuo en relación con las estructuras sociales. Se señala pues, que el hombre tiene una tendencia a preocuparse por su propio interés y que ésta determina todas las acciones sociales. La propia sociedad surge de la tendencia de los individuos a preocuparse por su propio interés.
Repetimos parte de la cita de Maritain:
"¿Qué es el individualismo moderno? Un mal entendido: la exaltación de la individualidad disfrazada bajo las apariencias de la personalidad, y el envilecimiento correlativo de la verdadera personalidad."En el orden social, la ciudad moderna sacrifica la persona al individuo; concede al individuo el sufragio universal, la igualdad de derechos, la libertad de opinión; y entrega la persona, aislada, despojada, sin ninguna armadura social que la sostenga y la proteja, a todas las potencias devoradoras que amenazan la vida del alma, a las acciones y reacciones despiadadas de los intereses y de los apetitos en pugna, a las exigencias ilimitadas de la materia de fabricar y utilizar.17 ________________________________________________________________________
14 Mounier, E. (1965), El personalismo, EUDEBA, 2a. ed., Buenos Aires,
Mounier, Enmanuel, O Personalismo, Santos, Martins Fontes (1964) 61.15 Ángel Correa, SEGÚN J. MARITAIN: Los derechos del hombre,
http://www.politicayespiritu.cl/modules/sections/index.php?op=viewarticle&artid=63#16Simoné Malacchini Soto, El individualismo y el hombre contemporáneo,
http://reprofich.canadianwebs.com/El%20individualismo%20y%20el%20hombre%20contemporaneo.htm
17Jacques Maritain, 'Tres Reformadores. Lutero, Descartes, Rousseau’ [1925], Editorial Excelsa, Buenos Aires, 1945, Página 26.
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3ª Parte
III. PERSONA

Maritain recurre a la distinción entre "individuo" y "persona" (encontramos la misma distinción en Mounier). Describe al individuo como "aquello que excluye de uno mismo a todos los demás hombres". 18
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando hablamos del hombre nos estamos refiriendo a un organismo vivo. Un organismo vivo se puede explicar filosóficamente mediante la teoría general del hilemorfismo y hemos visto que éste nos enseña que todo ser material está compuesto de materia y de forma.
Repetimos pues, lo ya dicho anteriormente: la materia no existe nunca sin una forma determinada; la forma no existe más que como forma de un determinado ser material. En vez de hablar de materia y de forma, se suele hablar de cuerpo y alma. La forma substancial de un organismo vivo se llama alma, y el cuerpo es la materia viva e informada por el alma.
El hilemorfismo, que admite la dimensión espiritual del hombre, nos invita a no identificar cuerpo con materia, ni alma con espíritu, como si fueran dos realidades que tuvieran consistencia en sí, aisladamente. En realidad, no son dos cosas o seres yuxtapuestos, sino dos principios o raíces metafísicas del ser humano único. Materia primera y forma sustancial no existen separadamente; son coprincipios, es decir coexisten.
En el hombre el cuerpo vivo es un compuesto de "materia primera" y "forma sustancial".
"Lo que llamamos "cuerpo" es ya materia animada. Nuestro cuerpo vivo no es pura materia, sino materia primera informada por la forma sustancial espiritual, por el alma. Esta, a su vez, no es puro espíritu, sino espíritu destinado a "animar" la materia primera.
El alma, por ser forma, hace surgir al hombre, lo que le hace ser lo que es y por ello se expresa en el cuerpo del hombre.
Para existir y vivir el cuerpo, exige el alma, y el alma, para ejercer sus funciones, exige del cuerpo ya que tiene que "in-corporarse".
La teoría de la unión sustancial explica el carácter "bifaz" de todas las vivencias del hombre, pues ningún fenómeno espiritual se puede producir naturalmente sin la mediación de los sentidos y el cerebro.
"Enseña Santo Tomás que el cuerpo humano subsiste gracias a la subsistencia del alma espiritual. La personalidad del alma impregna así cada célula, cada elemento histológico del cuerpo humano, que existe por la existencia misma de su alma. 19Es por ello que al hombre se lo llama persona, no por el cuerpo o el alma por separado sino en la unión substancial de cuerpo y alma.
Decíamos que todo hombre es también un individuo porque pertenece también a una especie. Se distingue por consiguiente de los demás individuos de la misma especie por medio de ciertas características individuales: el peso, el color, la forma... Al afirmar que todo hombre es persona se subraya que (por sobre las diferencias categoriales) es un ser singular inconfundible e insustituible: único.
Al decir que el hombre es "persona", afirmo algo distinto del individuo, simplemente no me reduzco a las cualidades abstractas que puedo atribuirle: afirmo que cada uno, como sujeto, realiza la especie "hombre" de un modo irrepetible e irremplazable.
[...] La dignidad personal es propiedad indestructible de todo ser humano…
esta afirmación se basa en la unicidad y en la irrepetibilidad de cada
persona. En consecuencia, el individuo nunca puede quedar reducido a todo
aquello que lo querría aplastar y anular en el anonimato de la colectividad, de
las instituciones, de las estructuras, del sistema. En su individualidad, la persona
no es un número, no es un eslabón más de una cadena, ni un engranaje
del sistema". 20
No parece existir "el hombre", sino únicamente "hombres". Santo Tomás también afirma que por cuanto la persona tiene dominio sobre su propia acción, ella es un singular que recibe el nombre especial de persona. 21
Definimos a la persona como un ser capaz de pensar y obrar conscientemente y decidir en forma autónoma. El hombre no solamente sabe (conoce), sino que "sabe que sabe" (advierte que conoce). Se autoconoce se da cuenta de sí mismo y atribuye a su yo todas sus actividades, como asimismo reconoce la entidades propias de las demás cosas frente a la suya.
En el hombre, se llega a la reflexión, a la autoconciencia: es un ser que goza de autopresencia y autodeterminación o libertad del propio obrar, que se percibe como fuente de sus actividades, responsable de sus opciones libres, y como sujeto, centro consciente de atribución de todas las realidades que constituyen su ser. A esa realidad la llamamos interioridad, sí mismo o conciencia. La interioridad fundamenta la unicidad del hombre, que no sea "un ejemplar multicopiado" de una especie determinada, sino que cada uno tenga una manera rigurosamente singular de ser persona.
No obstante, el hecho de estar en sí no convierte al espíritu en una conciencia cerrada, es un ser abierto a los demás seres y a las demás personas.
" La conciencia es el puente entre el modo metafísico del ser persona y la experiencia del modo de lo personal. La conciencia es irreductible a la mera función de las facultades de la voluntad y el intelecto, y juega "un papel clave y constitutivo en la formación de la subjetividad personal humana (o sí-mismo humano)". Es el lugar en que "el suppositum humanum debe manifestarse de algún modo como sí-mismo humano: la subjetividad metafísica ha de manifestarse como subjetividad personal" 22
Por medio de la experiencia, vivida conscientemente, de la persona. Es precisamente la vinculación de la concienciación del sí-mismo humano como modo de ser metafísico, lo que aleja de toda tendencia subjetivista a este entendimiento y tratamiento de la persona humana. Esto es lo que Karol Wojtyla quiere decir cuando habla de 23 "la objetivación del problema de la subjetividad humana". 24
Esclareciendo este punto nos dice Karol Wojtyla: "No se trata –afirma– de una disertación sobre la acción en la que se presupone a la persona. Hemos seguido una línea distinta de experiencia y de entendimiento. Para nosotros, la acción revela a la persona, y miramos a la persona a través de su acción […] La acción nos ofrece el mejor acceso para penetrar en la esencia intrínseca de la persona y nos permite conseguir el mayor grado posible de conocimiento de la persona. Experimentamos al hombre en cuanto es persona, y estamos convencidos de ello porque realiza acciones". 25
Es importante señalar que el ser de nuestro yo -el sí-mismo humano- se actualiza en la relación con el "otro", lo que nos hace considerar la relación dialogal esencial del ser humano. 26
Citamos las magistrales palabras de Romano Guardini,sobre la materia:
"En el encuentro con el otro, él (el sí-mismo humano) no comienza a ser, pero es activado. Pero él (el sí-mismo humano) está en dependencia del hecho de que la otra persona exista"... "el hombre es por su naturaleza un diálogo" ... "Así el habla completa, que se lleva a cabo en la responsabilidad común por la verdad y el vínculo del destino humano común, tienden ambos a la realización de la relación yo-tú. De ese modo el habla se convierte en el plan objetivo para la construcción del encuentro personal." 27
"La realización del sí-mismo humano subjetivo no solo requiere de otras personas sino, lo que es más importante, exige que se desarrolle un diálogo con ellas... Sólo con este diálogo auténtico puede conseguirse una verdadera comunión con los demás y, además, sólo en esta comunión lograda se actualiza y constituye el sí-mismo humano subjetivo... Esta actitud consiste en considerar a la otra persona como un tú subjetivo que tiene su propio centro personal, y no como si fuera un mero objeto o "instrumento para el logro de los propósitos de uno mismo". 28 Para tratar con el otro como un verdadero tú, uno ha de hacerle sitio mentalmente, dejarle espacio, considerando y afirmando la realidad subjetiva propia de aquel otro... La comunión con los demás da lugar a la constitución de la dimensión subjetiva de la persona humana". 29 De ahí que un verdadero entendimiento de la persona en su entera realidad sólo se puede encontrar al considerar la persona a la vez como individuo y en comunión con otras personas.
El concepto de persona es un concepto relacional que se define en oposición a la idea de hombre como individualidad.
Por ello afirmamos que: "En la esfera humana cada uno es único, idéntico, diferente, inconfundible, no sumable dentro de una especie, no sustituible por ninguna otra persona. Cada uno es igual a sí mismo y nada más. Yo soy yo y no puedo ser habitado por ningún otro, ni representado, ni sustituido por nadie: soy el único en ser yo. Lo que tengo o hago, lo puede tener o hacer otro; pero lo que yo "soy", nadie más que yo puede serlo.
La unicidad de la persona no se revela mas que en la comunión interpersonal.
La persona es por excelencia el ser de la palabra y del amor mientras que la cosa es la realidad sobre la que se habla y de la que se puede disponer". 30
Advirtamos de inmediato que no se debe caer en el error de entender esto como que la persona y el individuo son dos realidades separadas. Nada de eso. Cada uno de nosotros es en un sentido un individuo y en otro una persona, pero conservando en todo caso una unidad esencial.
"Todo yo soy individuo en razón de lo que poseo por la materia, y todo entero persona por lo que me viene del espíritu; del mismo modo que un cuadro es todo él un complejo físico-químico por las materias y colorantes que lo componen, y a la vez todo entero es una obra bella merced al arte del pintor." 31
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18 monografías.com Filosofía escolástica, 3 Maritain, Jacques,
http://www.monografias.com/trabajos10/fies/fies.shtml#mari.
19 Jacques Maritain, Para una Filosofía de la Persona Humana, [1936], Club de Lectores, Buenos Aires, 1984, Página 156.
20 Juan Pablo II, Exh. Ap., Christifideles laici (La participación de los fieles laicos en la Iglesia) (1988), Nº 37.
21 Tomás de Aquino, Summa Theologiae, I, q 29, a 1
22 Karol Wojtyla, The Person: Subject and Community, citado por James Kaiser, La persona como individuo y como "perla de comunión", http://www.pucpr.edu/hz/003.html
23 James Kaiser. La persona como individuo y como "perla de comunión", http://www.pucpr.edu/hz/003.html
24 Karol Wojtyla, Subjectivity and the Irreducible in Man, citado por James Kaiser, La persona como individuo y como "perla de comunión", http://www.pucpr.edu/hz/003.html
25 Wojtyla, Karol, Persona y acción , Madrid, BAC, 1982, pp. 12 - 13.
26 Véase al respecto: Ataliva Amengual. Pensamiento personalista-comunitario
y universidad, Corporación de Promoción Universitaria (CPU), Santiago, Chile, 1972.
Y en: http://www.ataliva.cl/, Publicaciones, Primera Parte, números 2 al 7 inclusive.
27 Romano Guardini, Mundo y persona, Encuentro, Madrid, 2000.
28 Guardini, op.cit.
29 James Kaiser, La persona como individuo y como "perla de comunión", http://www.pucpr.edu/hz/003.html
30 Guadalupe Demarchi. monografías.com, El misterio de la persona, http://www.monografias.com/trabajos6/indix/indix2.shtml
31 Maritain, Jacques, La persona y el bien común [1947], Club de Lectores, Buenos Aires, 1981, Página 40.
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4ª Parte
IV. PERSONALISMO

"Los partidarios de un tipo de sociedad personalista ven la marca de la dignidad humana, primero y ante todo, en el poder de hacer servir a esos mismos bienes de la naturaleza para la conquista común de los bienes intrínsecamente humanos, morales y espirituales, y de la libertad de independencia o autonomía del hombre." 32A diferencia del individualismo, se enfatiza la naturaleza social del hombre, como consecuencia de la concepción de la persona, ente eminentemente dialogal 33. La verdad más profunda del hombre es su relación con los otros. Existir es coexistir.
"si la percepción de sí está indisolublemente ligada a la persona, es también
solidaria de la percepción del otro […] La relación del yo a un tú es el hecho
primitivo, la experiencia fundamental y fundante, a la que la conciencia no
puede sustraerse sin tender a suprimirse […] No hay, pues, un yo sin el nosotros
y no se construye o se personaliza sino por medio del tú". 34
La idea de coexistencia implica que la existencia se desarrolla y se realiza junto con otros en el mundo. El personalismo es una reacción histórica contra posiciones colectivistas totalizantes, por un lado, e individualistas, por otro. Pone a la persona en el centro de la reflexión y, a partir de esa reflexión, establece una escala de valores, realiza proyecciones sociopolíticas y establece criterios para evaluar la historia contemporánea.
Es una filosofía que se caracteriza fundamentalmente por concebir a la persona en el centro de su reflexión y de su estructura conceptual, según lo afirma Maritain:
"La persona humana tiene derechos por el mismo hecho de que es una persona, un todo dueño de sí mismo y de sus actos, y que, por consiguiente, no es solamente un medio, sino un fin, un fin que debe ser tratado como tal.La dignidad de la persona humana no querría decir nada si no significa que, a través de la ley natural, la persona tiene derecho a ser respetada y que es sujeto de derecho, es decir, que posee derechos.La noción de derecho y la noción de obligación moral son correlativas, las dos reposan sobre la libertad propia de los agentes espirituales: si el hombre está moralmente obligado a las cosas necesarias para el cumplimiento de su destino, tiene por ello el derecho de realizar su destino y tiene derecho a las cosas que son necesarias para ello." 35
La dignidad de la persona tiene su fundamento más auténtico en la dignidad propia de cada ser humano por el hecho de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios (Cf. Génesis 1, 26). __________________________________________________________________
32 Maritain, Jacques, El hombre y el estado, Editorial Guillermo Kraft, 1956.33 Véase al respecto trabajo ya citado: Ataliva Amengual. Pensamiento personalista-comunitario
y universidad, Corporación de Promoción Universitaria (CPU), Santiago, Chile, 1972.
Y en http://www.ataliva.cl/. Publicaciones. Primera Parte, de los números 2 al 7 inclusive.
34 Urdanoz, T, Historia de la Filosofía, vol. VIII, Madrid: BAC, 1985, pp. 399-400.
35 J. Jacques Maritain, Los derechos del hombre y la ley natural [1942], Ediciones Palabra, S.A. Madrid, 2001, Página 57.
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5ª. Parte
V. COMUNIDAD

El enfatizar la naturaleza social del hombre, como consecuencia de la concepción de la persona, ente eminentemente dialogal, nos conduce a la comunidad.
Es necesario señalar que Maritain " llega al concepto de comunidad luego de distinguir filosóficamente el individuo de la persona, y de señalar que "por naturaleza" la persona exige vivir en sociedad. Pero, lo importante y sustancial de su análisis es que el fin de esta sociedad no es el bien individual, sino el bien común; distanciándose por tanto de la visión individualista que destruye la sociedad, y de la totalitaria que destruye la dimensión personalista. Llegamos entonces a una conceptualización de lo comunitario como aquello relacionado al bien común, en el marco de un "humanismo integral". 36
El mismo Maritain al hablar sobre la comunidad, nos recuerda a Santo Tomás, al citarlo: "Santo Tomás nos dice que, con respecto a la comunidad, cada persona humana es de por sí como la parte con respecto al todo y que, por eso, está subordinada a toda la comunidad."Ya señalamos la razón de esa dependencia cuando dijimos que el hombre no es una pura persona, una persona divina. Lejos de serlo, su personalidad está, como su intelectualidad, en el grado más bajo. El hombre no es solamente persona, su ser no subsiste sólo espiritualmente: es además individuo, fragmento individuado de una especie. "Por eso es miembro de la sociedad, como parte del todo social; y las coerciones de la vida social le son necesarias para alcanzar su vida misma de persona y para ser sostenido en su vida.2.- "Mas he aquí el complemento indispensable del primer texto, que viene a poner las cosas en su lugar. El hombre, dice Santo Tomás de Aquino, tiene dentro de sí una vida y unos bienes que trascienden el orden de la sociedad política. "¿Por qué? Porque es una persona."La persona humana, miembro de la sociedad, es en sí misma un todo que forma parte de un todo mayor: pero no es parte de la sociedad según todo su ser de persona, ni siquiera todas sus potencias personales. 37
El propio Maritain, como señalamos más arriba "... llega al concepto de comunidad luego de distinguir filosóficamente el individuo de la persona, y de señalar que "por naturaleza" la persona exige vivir en sociedad. Pero, lo importante y sustancial de su análisis es que el fin de esta sociedad no es el bien individual, sino el bien común; distanciándose por tanto de la visión individualista que destruye la sociedad, y de la totalitaria que destruye la dimensión personalista. Llegamos entonces a una conceptualización de lo comunitario como aquello relacionado al bien común, en el marco de un "humanismo integral" 38
Por su parte Pablo Guerra, nos define la comunidad al escribir: "...consideraremos técnicamente comunidad, a aquella unidad de organización social caracterizada por una unión basada en fundamentos afectivos, emotivos y tradicionales, en el marco de una relación que pretende mediante relaciones consensuales legitimar las normas fundamentales de convivencia". 39
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36 Pablo Guerra, Comunitarismo en América Latina,www.dansocial.gov.co/admin/ files/Ane-Noticia_26112004103030.pdf
37 J. J. Maritain, Para una Filosofía de la Persona Humana [1936], Club de Lectores, Buenos Aires, 1984, Página 197.
38 Pablo Guerra, Comunitarismo en América Latina,
www.dansocial.gov.co/admin/ files/Ane-Noticia_26112004103030.pdf
39 Pablo Guerra. Comunitarismo en América Latina,
www.comunitarismo.info/Guerra.doc
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6ª Parte
VI. COMUNITARISMO
La concepción de la comunidad es el fundamento del comunitarismo.
Teniendo en cuenta la época crítica que vive el mundo, en el cual hemos asistido hace unos años al desmoronamiento súbito del régimen marxista, en su cuna de la Unión Soviética y en los países satélites europeos, presenciamos a la vez que perplejos y preocupados los avatares en que se desenvuelve el sistema neoliberal individualista.
Este sistema que lo describe el expresidente Patricio Aylwin al señalar: "El tipo de sociedad y de cultura que prevalece en nuestros días, al menos en el mundo occidental, es un sistema de convivencia humana cuyo eje central es el mercado. De las "economías de mercado" –sin duda las más eficientes para crear riqueza, pero injustas para distribuirla- estamos pasando a "sociedades de mercado", en las que prevalece una cultura materialista y economicista en la que el "tener" vale más que el "ser" y, consiguientemente, las personas se convierten en esclavas de las cosas.
Esto ocurre paralelamente a un proceso de creciente individualismo: de la afirmación de la libertad individual como el valor más importante, que lleva a las personas a ser hostiles a cualquier clase de regulaciones –ya provengan del Estado, de tradiciones culturales y aún de lazos familiares-, se pasa a una especie de egocentrismo que las induce a vivir preocupadas sólo de si mismas y de su entorno más cercano, indiferentes a lo que ocurra en el mundo y hasta en su propio país, a menos que afecte a sus intereses personales.
Consecuencia y expresión de este fenómeno son el egoísmo, el consumismo y la competitividad prevalecientes. La preocupación por nuestra propia vida nos torna indiferente a los dolores ajenos. Aunque las noticias de catástrofes suelen conmovernos, rara vez nos interesamos por la suerte de la gente pobre que vive en nuestras vecindades... No puedo ocultar que eso es algo que me escandaliza".
Consecuencia y expresión de este fenómeno son el egoísmo, el consumismo y la competitividad prevalecientes. La preocupación por nuestra propia vida nos torna indiferente a los dolores ajenos. Aunque las noticias de catástrofes suelen conmovernos, rara vez nos interesamos por la suerte de la gente pobre que vive en nuestras vecindades. En esta ciudad, la capital del mundo, el espectáculo de las personas que se alojan en la calle –¡aquí, frente a este Banco!- no causa ninguna conmoción. No puedo ocultar que es algo que me escandaliza...
Aunque la economía mundial crece a ritmos jamás antes imaginados, este crecimiento llega de manera abismantemente desigual a la población del planeta. La economía de mercado libre en este mundo globalizado es muy eficiente para crear riqueza, pero muy injusta para distribuirla. 40
Para superar esta injusticia en la distribución, consecuencia de una ética individualista, vamos a considerar los argumentos comunitarios que representan una crítica muy profunda al individualismo y al contractualismo característicos del liberalismo. Los comunitarios se orientan a la necesidad de valorar la convivencia y a buscar el bien común por sobre los intereses meramente individuales.
Pablo Guerra señala que "...el paradigma de lo comunitario implica entonces una delicada combinación de orden social y autonomía. Los comunitaristas, de esta manera, se separan radicalmente de la concepción liberal acerca de los vínculos entre individuo y sociedad; existiendo entonces un notable acercamiento teórico con ideas que tuvieron mucha influencia en los años de postguerra: nos referimos a las contribuciones fundamentalmente, entre otros, de Mounier y Maritain, ambos de mucha influencia en Latinoamérica, continente quizás más abierto entonces a las propuestas culturales francesas que a las propuestas surgidas en Norteamérica..." 41
Así, pues, los comunitaristas, marcan su carácter antiindividualista, rescatando las personas insertas en comunidades, que se consideran como sujetos históricos con derechos y deberes. Así lo expresan el personalismo comunitario de Mounier, o el comunitarismo de Buber, además del citado Maritain. Asimismo, Amitai Etzioni, en su libro "La tercera vía hacia una buena sociedad", desde una perspectiva sociológica en que "comienza reconociendo su débito con Martin Buber al asumir la distinción entre las relaciones yo-tú y yo-cosas, para asegurar que el fundamento de la "buena sociedad" es el principio de que las personas son fines y no medios para nada...
La buena sociedad es una sociedad equilibrada con tres puntos de apoyo: el Estado, la comunidad y el sector privado (el mercado). Es necesario que los tres se coordinen (en el mundo occidental, el déficit más grande es el comunitario) mediante un acuerdo que Etzioni llama el bagaje moral de la sociedad. 42
La propiedad comunitaria destaca la dignidad de la persona, el bien de la comunidad y la voluntad de servicio, porque aquí el sujeto de derecho no es el individuo sino la comunidad. De ahí que nos pronunciemos por el «nosotros», miembro activo y solidario, la acción de compartir con otros.
Aquí juega un papel determinante la justicia distributiva, dirigida a nivelar la situación de los hombres en la vida social. 43
La justicia distributiva está relacionada con los méritos de cada uno. Para distribuir justamente deben tenerse en cuenta los mérito de cada uno. Por ello, en tal distribución, no deben recibir todos por igual sino de un modo proporcional a los méritos de cada uno.
En la justicia distributiva lo justo es lo proporcional y lo injusto lo que va en contra de lo proporcional. Así pues con respecto a los miembros de una comunidad, hay que proteger la repartición de cargas y obligaciones así como la de los honores y las ventajas conforme a su situación, aptitudes y fuerzas.
Para alcanzar la justicia es preciso crear estructuras comunitarias que nos impongan a todos ser justos, los unos con los otros, en una sociedad justa. Para hacer justicia debemos rechazar la primacía de lo económico - como la defiende el neoliberalismo individualista-, por sobre los valores espirituales del hombre, favoreciéndose exclusivamente un sector minoritario que, por lo general, actuando sin escrúpulos, se ha enriquecido abriendo la brecha de las desigualdades sociales.
Asimismo, debemos pasar de la democracia representativa a la democracia participativa y comunitaria para construir valores compartidos mediante el permanente diálogo, la mayor participación posible, y la mayor cantidad de información y medios de expresión para la ciudadanía.
Hay que pronunciarse por la cooperación, la solidaridad, la subsidiaridad , la autoeducación y la participación. Se ha de entender a la familia como la principal institución de la sociedad civil.
Es preciso promover el deber cívico de la participación política, revalorizando los espacios propiamente políticos y por sobre todo, luchar por la justicia social.
"De esta manera, soslayamos el concepto individualista de la ética y le imprimimos una «dimensión social», con lo cual el principio de «comunidad» penetra en su seno; por lo tanto, su normativa exige al hombre tenga en cuenta a sus semejantes, si es que quiere actuar éticamente. Y, además, que subordine sus intereses económicos a los sociales de la comunidad. Por consiguiente, estamos en la obligación de crear una economía solidaria, que consiste en la producción de los bienes que necesita el hombre para vivir una vida digna y decorosa, y no, como sucede actualmente, que vive angustiado las más de las veces por alcanzar a precios desorbitados bienes superfluo". Ello únicamente puede lograrse en una Sociedad Comunitaria, de profundos contenidos morales, sociales e institucionales, al servicio de la persona humana y de las comunidades, mediante el reconocimiento de la libertad, de la solidaridad y de la justicia socia". 44
Es preciso actualizar la potencia propia de cada hombre, de ser libre, pues no basta con que se pueda ser libre, cada hombre tiene que vivir efectivamente liberado, ser libre actualmente ( en acto), para que pueda existir una sociedad buena, justa.
"Una buena sociedad para los comunitaristas supone equilibrio en tres puntos de apoyo cuyas magnitudes particulares dependerá de cada caso: el estado, la comunidad, y el mercado (como lo señala Etzioni). Los comunitaristas rechazamos la idea de una sociedad de mercado, y preferimos hablar de una economía con mercado. Asimismo, los comunitaristas creemos en la primacía de lo social sobre lo económico, un dominio imprescindible desde el punto de vista de la sustentabilidad social de cualquier modelo, que como explica Polanyi se revierte con los principios liberales de la economía pura de mercado. Para los comunitaristas, las diversas fórmulas de economía de la solidaridad son desde muchos puntos de vista, superiores a las experiencias tantas veces alienantes que persiguen solo la maximización de utilidades". 45
Es necesaria una sociedad comunitaria, de profundos contenidos morales, sociales e institucionales, al servicio de la persona humana y de las comunidades, mediante el reconocimiento de la libertad, de la solidaridad y de la justicia social desde la perspectiva del bien común, considerando los derechos, pero asimismo, haciendo hincapié en las responsabilidades, en los deberes, basándose en un correcto equilibrio entre libertad y orden.
Se comprenderá que con indigencia y pobreza generalizada, no hay comunitarismo posible, razón por la cual es necesario garantizar un nivel de vida mínimamente decoroso para todos.
Del mismo modo, es preciso luchar contra la segregación y la marginalidad de cualquier tipo, (vgr. en los barrios, en los colegios, en el empleo, etc.).
Asimismo hay que luchar contra toda clase de corrupción, generando una nueva cultura del servicio público orientada al bien común.
En fin, debemos buscar, sin desfallecer, una sociedad con una economía de mercado en plena armonía con la dignidad humana y los derechos humanos fundamentales. que supere al capitalismo liberal individualista 46. Una sociedad más igualitaria y justa, una sociedad más participativa, una sociedad más integrada y más dialogante, una sociedad más preocupada por el bien común
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40 Cfr. Aylwin, P., La realidad económico-social de América Latina y de los países en desarrollo y los desafíos éticos que plantea al mundo", Disertación inaugural en el "Encuentro Internacional sobre Etica y Desarrollo", Washington, 7 de diciembre 2000.
http://www.iadb.org/etica/sp4321/DocHit.cfm?DocIndex=575
41 Pablo Guerra, Comunitarismo en América Latina,
www.dansocial.gov.co/admin/ files/Ane-Noticia_26112004103030.pdf
42 Amitai Etzioni, La tercera vía hacia una buena sociedad. Traducción de José A. Ruiz San Román, Prólogo de José Pérez Adán, Editorial Trotta, Madrid, 2001.
43 Lino Rodríguez-Arias Bustamante. El comunitarismo en el mundo de hoy. Dikaiosyne v.1 Mérida, 1998. Universidad de los Andes, Venezuela.
44 Ibid.
45 Dr. Pablo Guerra. El pensamiento comunitarista en el Siglo XXI. Conferencia, A cien años de la fundación de la Unión Democrática Cristiana y en los albores de una era progresista
www.comunitarismo.info/archivos%20(preguntas%20y%20respuestas)/CONFERENCIA%20COMUNITARISMO.doc -
46Véase al respecto Gabriel Zanotti. Reflexiones sobre la Encíclica Sollicitudo Rei Socialis. En El Derecho, del 20/ 9/ 1988.
http://www.institutoacton.com.ar/artpublicados.htm
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